La Batalla de Rande (27 km)

Gracias Pepe Macía por enviarnos la crónica de tu último mega reto. Con muchas ganas de tener noticias del segundo escalón.  Enhorabuena!


Vaya por delante que la única intención de esta crónica no es otra sino intentar plasmar sensaciones, ahora frescas, para poderlas revivirla en el futuro. No hay más pretensiones.

Poco antes de salir para Vigo, no tenía claro ni por qué ni para qué iba; muchas dudas. No había entrenado a conciencia. De hecho un inoportuno catarro me había dejado en seco la primera quincena de Mayo. Una semana intensiva de entreno y la confianza en que la regularidad de los últimos meses compensaría la falta de carga final me llevó a tirar para adelante. Sí tenía claro que quería hacerlo, que haría todo lo posible por conseguirlo. Era el Reto (con mayúsculas) de este año 2015.

Y el reto esta vez no era menor: La Batalla de Rande. Según dicen por ahí, la más dura de las travesías que se celebran en España: 27 km nadando desde las Islas Cíes hasta la isla de San Simón, remontando la ría de Vigo y pasando por debajo del impresionante puente de Rande. Toda la ría sigue llena de restos de los barcos que protagonizaron la citada batalla allá por principios del XVIII. Para mí suponía superar mi mayor distancia nadada: los 22km de Tabarca-Alicante del año pasado. Hace un par de años, un gran nadador me dijo que Rande es el primer escalón de otra escalera. Que había que ser buen nadador de aguas abiertas para ir a Rande, que no era suficiente nadar como lo hace la mayoría. Yo no nadé de pequeño, la afición me ha llegado ya cuarentón, pero tengo claro que quiero ser buen nadador. Estos pensamientos, que contestaban preguntas previas sobre los por qué y los para qué, surgieron entre brazada y brazada. Entre las infinitas brazadas que di por la ría.

Pepe1El briefing del día previo puede resumirse en: Mañana lloverá o no, hará viento del norte, o quizás role a Sur, igual hay olas, o igual con suerte no. Estamos en Galicia, y se nota: todo puede ser, o no. Bromas aparte, este año la travesía estrenaba novedades: Dejaba de ser competitiva desde el principio para pasar a estar neutralizada durante los primeros 21 km, y liberarla en los últimos 6. Se formaron 3 grupos por nivel y yo me apunté al medio (45-50′ cada 3 km). Finalmente seríamos 14 nadadores en mi grupo y un total de 43 participantes, de los cuales 4 sin neopreno.

Tras una noche sorprendentemente tranquila (dormí unas seis horas seguidas), al abrir la ventana me encuentro con un día gris, lloviznando y con mucha niebla. Ufff. El barco nos lleva a las espectaculares Islas Cíes y allí empiezan los preparativos. La idea es que el grupo lento y los “sin” salieran a las 9:00, el medio a las 9:45 y el rápido a las 10:30 para que unos fueran dando caza a los que les precedían. La hora de salida no es caprichosa, se trata de aprovechar al máximo el efecto de las mareas.

Las mareas duran 12 horas exactas y hay, lógicamente, 2 al día. En cada una de ellas hay 6 horas en las que el mar sube hasta alcanzar la pleamar y otras 6 en las que el mar baja hasta alcanzar la bajamar y así volver a empezar. El efecto sobre una ría es que cuando sube la marea, hay corriente hacia el interior de la ría (en la dirección de la travesía), llenándose con agua del mar, lo contrario cuando baja. Como la travesía es de 27 km y el tiempo aprox de duración estará entre las 6 hora y pico del más rápido y las 9 y pico del más lento, tendremos tiempo para tener corriente en contra y corriente a favor. El 4 de julio la pleamar estaba prevista para las 12:15. Tendríamos 2:30h de corriente en contra al principio, y después corriente a favor desde esa hora hasta las 18:15. A partir de ahí, la corriente se volvería en nuestra contra de nuevo. Todo esto es importante para saber cómo nadar. En nuestro grupo decidimos asumir las primeras horas a ritmo lento, sin quemarnos mucho, y apretar cuando la corriente empezara a nuestro favor con el objetivo de llegar antes de las 18:15. Acertamos.

Muy buen ambiente en el grupo. Nervios, ánimos, alguna foto…y al agua. La cabeza pide tranquilidad, control, mesura…y el cuerpo pide marcha. Sigue lloviendo, pero el agua está mejor de lo esperado: es una piscina a 18º. Comienzan las brazadas y empezamos a conocernos los unos y los otros: cómo nada cada uno, dónde se coloca, quién quiere tirar, quién prefiere ir atrás. Por delante 8 horas de ría.

Pepe2A la media hora, nos viene una corriente de agua fría que nos durará casi dos horas (agua a 16-17º). Nos despierta. Me acuerdo mucho de los cuatro SIN. Les mando ánimos en completo silencio. Primer avituallamiento a la hora exacta. Como se me ha olvidado el reloj, he de ir preguntando: 3,600k. No está del todo mal. Un poco de líquido y seguimos.

El mar sigue calmado, no hay apenas viento y sigue tapado, lo que hace que el calor propio de la época no juegue en contra. Sigo nadando y me acuerdo de un buen nadador y amigo que me dijo que para afrontar cualquier prueba de natación, lo mejor es dividirla en 4 partes iguales: la primera, tranquila para coger sensaciones; la segunda, a ritmo, hemos de notar ya cierto cansancio pero todavía sabiendo que hay reservas; la tercera es la más importante, es la decisiva, la que te coloca arriba para luchar o la que te aleja del objetivo, hay que darlo todo con mucha cabeza, ver cómo estás y decidir cómo afrontar el final; y la cuarta, a muerte, dándolo todo, pensando en todo el esfuerzo que has tenido que dar en cada entreno, como si no hubiera mañana.

Ya, ya, pero son 27 km. ¿cómo utilizar el método en una distancia tan larga? ¿qué referencia utilizar? Casualmente me acuerdo de algo que tengo muy fresco en la memoria: la Marnatón de Sant Feliu (6k) del fin de semana pasado, y pienso: Cuadra!!!! 4 partes x 6km=24km + 3 de calentamiento= 27. Pensé que la primera hora podríamos considerarla como calentamiento. Ahora, parado en el primer avituallamiento, me enfrentaba a 4 travesías de Sant Feliu. Las tres primeras serían en grupo, hasta el km 21, y la cuarta y última sería libre, dándolo todo, cruzando el puente de Rande y llegando a meta. Una marnaton entera a sprint. Esto, que puede ser una tontería, me ayudó mucho durante toda la prueba, midiendo sensaciones y reservando fuerzas e incluso imaginándome dónde estaría en cada momento: saliendo, cruzando el Freu, llegando a meta…

Venga, seguimos !!!! oigo de repente. Me coloco las gafas y me pongo a nadar de nuevo.

Pepe32º avituallamiento: 2,800km en la última hora, 6,400 total. Mucho más lentos, la corriente en contra se ha notado mucho. En breve comenzará a subir la marea y lo deberíamos de notar. Con esa esperanza, aunque algo escépticos, seguimos la marcha. Al poco tiempo, comenzamos a notar cierto ir y venir de embarcaciones y kayaks. Algo pasa. Paramos. Un buque mercante a lo lejos parece que viene en nuestra dirección. Sobra decir quién de los dos ha de preocuparse. Nos dicen que corramos, que hay que salir de ahí. Empezamos a nadar hacia el norte para salir de su camino. El buque sigue hacia nosotros. No sabía que corrieran tanto esos bichos. Cada minuto, el barco se hace mucho más grande. A los 3-4′ aparece una lancha de la Guardia Civil y parece que logra comunicar con el barco. Todo controlado. Nos pasa cerca. Sólo el susto. Volvemos a lo nuestro. Por la noche la Organización nos confirmó que habían estado a punto de sacarnos del agua para garantizar nuestra seguridad.

3er avituallamiento: 10,200k.. 3,800 la última hora. La corriente empieza a notarse empujándonos. Ya no se irá hasta el final. Empiezo a tomar algo de sólido: plátanos y dátiles. La sal comienza a notarse en boca y estómago. Noto cierto malestar, alguna arcada, me acuerdo de la locura de Cadaqués de hace unas semanas, pero me esfuerzo en llenar mi cabeza de pensamientos positivos. Ganan. Vamos a disfrutar Rande.

A las 13:50 hacemos el cuarto avituallamiento. Desde éste, según lo convenido, serán cada 45-50′. En las cuatro primeras horas, 13,600km en total; 3,400 en los últimos 45′. Estamos en el Ecuador. Ritmo alto. Notamos la corriente y el grupo de Canarios se viene arriba y empiezan a tirar a cuchillo, aunque hacen muchos más metros por no saber mantener la dirección a pesar del kayak guía, que por cierto es igual que Jack Sparrow, gorro y trenzas incluidas. Cuando más sufro me acuerdo de algunos makinotes y de los entrenakos que hemos compartido. No me descuelgo, el grupo se rompe en dos. Sabemos que nos reagruparemos, pero empezamos a ver cómo va cada uno. El loco Gallego empieza a aparecer. Número 3 en el gorro y gafas suecas. Sube a tirar, baja a cola, nos mira, se ríe. Pienso que va muy sobrado, el resto empezamos a notar los kilómetros. Al día siguiente, desayunando, nos lo encontramos y nos comenta que el fin de semana anterior se había cascado un Iron Man. Lo dicho, un loco…muy grande.

En el quinto avituallamiento descubro que hay chocolate y me tomo una cuantas onzas. Qué bien me sentaron. Hemos hecho ya 17 km. El puente de Rande ya se ve a lo lejos (está en el km 24). No lo miro. Me aconsejaron que no me fijara en él. Así evitaría la sensación de falsa cercanía que derrota psicológicamente. 3,400, seguimos rápido. Ya no se bajaría el ritmo. Muchas algas por el camino que molestan al nadar. Hemos empezado a sortear las famosas Bateas, que son los criaderos de mejillones que pueblan la ría. Todos pensamos que estamos ya cerca. La siguiente tirada nos pondrá ya en las puertas de la zona de nado libre.

Pepe4No son todavía las 16:00 cuando llegamos al km 21 (las puertas). El puente está ya muy cerca, es inmenso. Ya no puedo evitar mirarlo una y otra vez. Todos nos damos cuenta de que a pesar de la fatiga, estamos muy cerca, a 6km, y que llegaremos antes de las 18:15, hora en que empezaba a bajar la marea. El día se ha abierto y el sol luce. Llevamos casi 6 horas nadando. A partir de aquí, para mí, es territorio desconocido. Lo máximo que había nadado eran 6:10. Pero me encuentro bien. Los hombros, sobre todo el izquierdo, llevan dándome la lata un par de horas. Me preocupa un poco y pido otro ibuprofeno para aliviar dolores de cara a la parte final.

Agustín, nuestro ángel de la guarda, desde el barco, nos dice que vamos “la leche” de rápido, y que el grupo rápido todavía está lejos. Nosotros alcanzamos al grupo lento en el km 6, y esperábamos que el rápido, por los tiempos acreditados, nos pasara en torno al km 13-14. Pero según nos dicen, vamos más rápido que ellos. Al reanudar la marcha, Agustín nos desea suerte. Habrá un avituallamiento para el que quiera a 2km de la meta, justo pasado el puente. Cada uno elegirá su camino y buscará la meta. La organización solo nos vigilará. Nos miramos todos y nos citamos en la meta.

Todos empezamos muy fuerte, a un ritmo muy alto. Rápidamente quedan descolgados los 5-6 que ya venían muy justos y los demás seguimos hacia el puente. Era hora de elegir por cuál de los ojos cruzarlo. La duda si el central o el de la izquierda. En el central la corriente a favor era mayor, por la izquierda, el camino más recto y corto. Veo que el gallego tira por la izquierda tras el kayak guía y no dudo en seguirles. Otros dos nadadores también me siguen, el resto se separa y van al centro de la ría. La suerte está echada. O quedo segundo del grupo (al gallego no hay quien lo pille, está muy fuerte) o los del centro ganan la partida.

El puente está cada vez está más cerca y me abruma su descomunal tamaño. La visión desde el agua no la podré olvidar nunca, de hecho lo crucé nadando a espalda para no perderme detalle. Valía la pena. De ahí a meta, sólo 3km, los últimos 3km, los eternos 3km finales.

Habíamos llegado hasta allí, y a pesar de que hice muchos esfuerzos en contentarme mentalmente con ser Finisher de una prueba tan dura, fue imposible, la vena competitiva resurgía con fuerza y no hacía sino pensar en ganar al grupo que había ido por la parte central del puente, y del que no tenía noticias ni contacto visual hace ya mucho tiempo. Veo la barca de avituallamiento entre las bateas de mejillones, me acerco, bebo agua y pregunto. Han pasado tres nadadores, el gallego y otros dos del grupo central. Miro hacia atrás y no viene nadie. Igual han tomado por otro lado. Salgo rápido, sólo quedan 2km. Diviso ya la isla, atrás quedaron la bateas, ya no queda nada: media horita y listo.

Ya no miro ni vigilo. Los cinco sentidos, todas las energías, se concentran en cada brazada. Intento centrarme en la técnica. Es lo que siempre hago cuando la reserva de fuerzas está bajo mínimos. Pero esta vez, el brazo izquierdo protesta. No está para muchas filigranas. En cada brazada grito debajo del agua, me doy ánimos, me acuerdo de mi familia y de los amigos que seguro están pendientes de mí. Me acuerdo de Álvaro, mi hijo, que ha encajado perfectamente que su padre no esté en casa el día de su 12 cumpleaños por hacer una locura que por supuesto él no entiende, pero que respeta como si de algo sagrado se tratara. A cambio, me pidió que le dedicara la travesía, como él a veces me dedica sus goles. Por supuesto, va por él.

Ya se ve el arco de meta. Ya está. Miro hacia atrás y no hay nadie. Delante tampoco. Entraré solo. Mi minuto de gloria. Al final cuarto del grupo medio y decimotercero de la general. Me levanto en la rampa de llegada con cuidado para no resbalarme con la verdina y rápidamente me vienen a ayudar. Creo que cuando ven lo grande que soy, se cortan un poco y me dejan a mi aire. Aplausos y sonrisas. He ganado la batalla de Rande. No siento una especial alegría. Sí mucha satisfacción. Me lo propuse y lo hice. Ole tus …. Miro hacia atrás y el puente vuelve a estar lejos. Son las 17:20, salí a las 10:00. Todo el día nadando. Qué me gusta !!!!

Pepe5Por último quiero dejar por escrito lo bien que se han portado con nosotros: Organización, voluntarios, kayakistas, etc. Muy buena gente que siempre llegaban con una sonrisa y un ¿qué necesitas?. Qué fácil es nadar así. ¿Y qué decir de todos los nadadores que, junto a mí, han ganado este año La Batalla? Mis respetos y admiración. Cada uno con sus historias, sus por qués y sus para qués, pero todos tan cercanos y tan grandes.

Hasta aquí lo que viví.

En la ría de Vigo vagan ya para siempre mis pensamientos, mis debilidades y mis fortalezas. Entre brazada y brazada. Ganando la Batalla.

Pepe.

4/07/2015

Pepe6

 



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